sábado, 4 de mayo de 2013
Confección de Máscaras
En la segunda clase, dividieron al curso en dos grupos. Un grupo se iba a la sala de computación con el profesor Félix y el otro se iba al taller "Tomás Fierro" ubicado en la Escuela de Terapia Ocupacional con la profesora Erna.
A mí me tocó en el taller, donde comenzaríamos la confección de una máscara. Este proceso fue un trabajo en grupo, ya que entre todos nos ayudabamos a realizarlas.
En primer lugar, la profesora nos dividió en mesas distintas, cada una con un grupos de trabajo. La confección de la máscara era en parejas, ya que uno hacía la máscara en la cara del otro que estaba recostado en el mesón y luego de terminar aquella máscara, los roles se invertían.
Lo primero que se debía realizar, era cortar varias tiritas de yeso, de distintos tamaños para poder cubrir los rostros de cada uno. Luego de eso había que poner vaselina en toda la cara, con el fin de que el yeso no se pegara al sacar la máscara, para que así no doliera. Además de poner un papel en cada ojo, para protegerlos ante el yeso.
Terminados ambos procesos, se debían remojar las bandas de yeso en agua y ponerlas sobre el rostro del compañero que estaba en el mesón y asi sucesivamente hasta llenar la cara (menos la zona de los orificios de la nariz) con varias capas, para que quedara firme y resistente.
Luego de terminar este proceso, se debía esperar un tiempo a que la máscara se secara para poder retirarla del rostro del compañero, sin deformarla, ya que debía ser resistente y mantener su forma inicial. Luego la persona que tenía la máscara debía empezar a mover su rostro, inflar sus "cachetes" y tirar aire con la boca suavemente, para ir de a poco despegando la máscara del rostro, con el fin de que fuera más fácil de sacar, y menos doloroso, por si habían partes muy pegadas al pelo o a la cara.
A mi me tocó realizar la confección de la máscara con María Jesús Valdivieso. La actividad me pareció muy entretenida, y novedosa. Debía controlar mi risa, para no cambiar la forma de la máscara y además contenerme y tranquilizarme, ya que al principio me generó una sensación de "ahogo", ya que me sentía completamente tapada, y sin aire. Pero lo pude controlar y terminar de forma exitosa la actividad, para luego continuar yo el proceso con mi compañera María Jesús. Ella tenía mucha risa y le costaba controlarla al momento de realizar la actividad, pero lo hizo y todo salió tal como esperabamos, obteniendo dos bonitas máscaras, que luego retocaríamos y adornaríamos en una siguiente clase.
La actividad aportaba cosas positivas en varios aspectos, ya sea motricidad fina, creatividad, autocontrol, expresión, destreza y compañerismo. Todo lo aportado lo encuentro muy relevante para el desarrollo de un ser íntegro, por lo que encuentro que la confección de máscaras además de ser un proceso entretenido, es educativo, viéndolo de distintas áreas.
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